Somos dos amigos que, durante años, compartimos pantallas, código y cafés.
La vida de programador nos llevó por un camino cómodo, pero monótono. Días que se repetían. Noches frente al monitor. Hasta que un día, entre sorbos de café, nos hicimos una simple pregunta:
¿De dónde viene realmente este café que bebemos a diario?
Esa pregunta lo cambió todo.
Empezamos a investigar, a probar nuevos métodos, a comprar equipo que jamás pensamos tener. Poco a poco, ese interés casual se convirtió en obsesión: aprendimos sobre variedades, tostados, aromas, y los rituales detrás de cada taza.
Sin darnos cuenta, ya no solo bebíamos café… lo vivíamos.
Hoy queremos compartir todo eso contigo. No como expertos, sino como dos personas curiosas que encontraron en el café un puente hacia una vida más presente, más sensorial y más humana.